La depresión es un trastorno del ánimo, donde sentimientos como la tristeza, ira, sensación de perdida, frustración, interfieren en la vida cotidiana de la persona, llegando a ser totalmente incapacitante en algunos casos. Además, se experimenta un cambio notorio en la forma de sentir, pensar y actuar. Se hace acompañar por un conjunto de síntomas afectivos, cognitivos y del comportamiento.

Cinco (o más) de los síntomas siguientes han estado presentes durante el mismo período de dos semanas y representan un cambio del funcionamiento previo; al menos uno de los síntomas es (1) estado de ánimo deprimido o (2) pérdida de interés o de placer. Ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días. Pérdida de interés o de placer de actividades que solían disfrutar. Disminución de peso sin hacer dieta o aumento de peso. Disminución del apetito o aumento del apetito casi todos los días. Insomnio o hipersomnia casi todos los días. Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (por lo general observable por otros, no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o enlentecimiento). Fatiga o pérdida de energía casi todos los días. Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que puede ser delirante) casi todos los días (no simplemente el autorreproche o culpa por estar enfermo). Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones, casi todos los días (a partir de la información subjetiva o de la observación por parte de otras personas) Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.

La depresión suele tener multiples formas de presentación y distintas caras. Sin embargo, existen dos tipos de depresión comunes: Trastorno Depresivo Mayor y Trastorno Depresivo Persistente (también conocido como Distimia). La diferencia principal radica en la duración. El Trastorno Depresivo Mayor, se presenta por medio de episodios agudos e intensos, que suelen durar como mínimo 2 semanas, pudiendo llegar a durar varios meses. Mientras que para hablar de un Trastorno Depresivo Persistente, la persona puede sentirse deprimida por un periodo mínimo de 2 años. Esta última, puede presentarse con menor intensidad, pero su dificultad radica en su carácter crónico.

La explicación psicológica más sencilla es que existen algunas personas con una vulnerabilidad cognitiva que las hace más susceptible a desarrollar esquemas mentales depresivos. Esta vulnerabilidad estaría fuertemente influenciada por la historia de aprendizaje y por factores geneticos. Cuando la persona con vulnerabilidad a la depresión, enfrente cambios desagradables en su vida, tenderá a interpretarlos de acuerdo a sus esquemas negativos, desarrollando de esta forma, sensaciones y pensamientos exageradamente negativos y distorsionados de la realidad. Cuando hablamos de cambios desagradables, nos referimos a cambios que provocan la pérdida de reforzadores en la vida de una persona, esto es, perder algo que valora. Una vez realizada esta interpretación negativa de los hechos, se suscitarán también, cambios a nivel de comportamiento, siendo el principal el abandono de actividades. Primero, la persona abandonará aquellas actividades voluntarias, tales como bañarse, lavarse los dientes o visitar a un amigo. Si la depresión avanza, terminará por hacer abandono de actividades obligatorias, tales como trabajar, estudiar o el cuidado de los hijos. Este abandono de actividades, provocará mayor pérdida de reforzadores e incrementará la sensación de pérdida de la persona, entrando en un verdadero espiral negativo, del cual resulta sumamente difícil de romper sin ayuda profesional. Si bien la depresión no es de origen biológico, también se ven afectados algunos procesos del sistema nervioso, disminuyéndose la producción de algunos neurotransmisores encargado del ánimo y la energía.

No. Estar triste es una emoción, mientras que la depresión es un trastorno del ánimo. Sentir tristeza es una experiencia normal, común a todos los seres humanos, e incluso, esperable en determinadas ocasiones. Por ejemplo, si fallece un ser amado, lo normal, lo común y lo esperable es que nos sintamos tristes por la pérdida. Dicha tristeza, nos ayudará a vivir un duelo como corresponde y a madurar. Pero la depresión, va mucho más a allá de sólo sentirnos tristes. Según Jhon Preston, prestigioso psicólogo, la depresión clínica se diferencia de la tristeza normal en cinco formas básicas: La depresión es sumamente dolorosa La depresión dura más tiempo La depresión interfiere con el funcionamiento normal de la vida cotidiana. La depresión es una emoción destructiva (a diferencia de la tristeza, que es dolorosa, pero es una experiencia emocional que conduce a la curación) La depresión generalmente es más que un sentimiento emocional doloroso. La depresión representa un síndrome (un conjunto de síntomas) que a menudo conlleva problemas en la interacción social, el comportamiento, el pensamiento y el funcionamiento biológico.

Para una gran variedad de problemas, la terapia psicológica será suficiente. No obstante, existirán algunos casos donde será necesario complementar la terapia con otras disciplinas, tales como terapia ocupacional, psiquiatra o neurólogo. En algunos casos excepcionales, de no ser suficiente la terapia, se deberá derivar al paciente hacia un tratamiento que le resulte más efectivo.

El psiquiatra es médico. Por tanto, su tratamiento se basará en el uso de fármacos que ayuden a la persona retomar el equilibrio a nivel cerebral. El psicólogo es un profesional de la salud mental, especializado en psicoterapia, la cual es un proceso de acompañamiento que tiene por objetivo enseñar al paciente a reducir su malestar emocional.

La psiquiatría y la psicología no son disciplinas que están divorciadas ni enemistadas, al contrario, son disciplinas complementarias. En nuestra experiencia hemos visto que iniciar con psicólogo podría ser una mejor opción por los siguientes motivos: 1. Hay pacientes con depresión que no requerirán tratamiento psiquiátrico. 2. En caso de necesitar psiquiatra, el psicólogo podrá darse cuenta de dicha necesidad en el proceso de evaluación y se lo indicará al paciente. 3. Hay pacientes que no desean recibir tratamiento psiquiátrico ( a veces es inevitable), y les convendría intentarlo primero con un proceso de psicoterapia. 4. La evidencia ha mostrado que los efectos de la psicoterapia son más duraderos en el tiempo que el tratamiento farmacológico. Nota: Queremos insistir que algunos pacientes, deberán asistir a tratamiento con psiquiatra de manera obligatoria y complementaria a la terapia psicológica. Sin embargo, a nuestro juicio, comenzar con psicólogo sería un buen paso inicial y más conveniente.

El promedio de las terapias, la mayoría de las veces, es de 3 a 6 meses, esto es de 12 a 25 sesiones. Una depresión leve, podría durar entre 12 a 15 sesiones. Una depresión moderada, de 15 a 20 sesiones. Una depresión severa, de 20 a 30 sesiones. Sin embargo, existen casos que requerirán más tiempo para su resolución.

La frecuencia recomendada es de 1 vez por semana. En casos graves, se le ofrece al paciente verse hasta 2 veces por semana, según la economía del paciente. No se recomienda ver al paciente en un inicio cada 2 semanas. Esto, porque la terapia requiere mantener continuidad y se ha visto que atender al paciente tan distanciadamente entre una sesión y la otra, puede tener efectos perjudiciales para la terapia y afectar la motivación y el cambio que el paciente requiere realizar para producir las mejoras. Verse cada dos semanas está sugerido para las etapas finales de la terapia, cuando el paciente ya se encuentra en un estado de equilibrio y lo que se busca es reforzar los cambios obtenidos y prevenir recaídas.

En la modalidad que usted escoja: Online o Presencial. En el caso de la modalidad presencial contamos con consulta en la comuna de La Florida (a pasos del Metro Vicente Valdés) y en la comuna de Ñuñoa (a pasos del Metro Ñuñoa). Ambas terapias tienen el mismo nivel de efectividad.

Le recomendamos tomar hora en nuestra sede de Ñuñoa. Estamos ubicados al lado del Metro Ñuñoa. En caso de no desear atenderse en Ñuñoa, puede tomar la hora en modalidad Online.

Presencial: Pacientes particulares o Isapre: $32.000 / sesión . Las boletas son reembolsables en Isapres. Online: Particulares e Isapres: $28.000 /sesión. Boletas Reembolsables en Isapres.

Trabajamos sólo con horas agendadas y reservadas. El pago de la sesión se deberá realizar hasta un día antes de la sesión, de esa manera su hora quedará reservada. En caso de no recibir confirmación ni el pago el día anterior, procederemos a liberar la hora para que usted nos de la posibilidad de asignar la hora a otro paciente que pueda necesitar dicho horario.

Todo medio de pago: Transferencia bancaria, tarjetas de débito y crédito.